En
los años treinta o cuarenta la sociedad estaba dividida en clases muy
distanciadas, estaban los hijos de los que ganaron la guerra y los de los que
la perdieron, de esta forma se crearon individuos petulantes y engreídos en sus
suertes de haber nacido en una familia pudiente que les ofrecía estudios
privados.
Camelancia
es un experto en camelar, va por la vida aprovechándose de su suerte y posición
como un niño mimado y prepotente, pero, precisamente por eso, actúa como un
insensible e empático, un poco narcisista debido a su falta de trato y
vivencias con la clase baja. En efecto, este monigote es capaz de llevar a una
simple mecanógrafa a un museo en donde, después de soltarle una serie de
tecnicismos como surrealismo, impresionismo y demás cosas del mundo del arte,
acaba por desfallecer a su presunta víctima. Es un presuntuoso tipo carroñero
feliz.
Una
parodia de todos aquellos tipos que se creían por encima de los demás.
Su
padre fue Alfonso Alamar Coves, otro
dibujante que debutó en flechas y pelayos, revistas del régimen fascista. De ahí
que metiera a este monigote sorteando la censura.
Vamos
a resucitar a este personaje de las profundidades de la historieta para Resupixelarlo
en nuestra Biblioteca de los Personajes Cómicos, puesto que, al fin y al cabo,
este monigote es una caricatura de una tipología de antaño.
Bienvenido
a nuestra base de monigotes.
¡Camelado
sea!